Durante varias décadas
circuló la leyenda de una supuesta cueva que unía las instalaciones de El
Mirador Solano con el Castillo. Le dieron tanto calor a esta fantástica
versión, que muchas personas relataban haber conocido ese subterráneo debajo
del mar atravesando el canal. Las charlas sobre esta imaginaria maravilla de
ingeniería construido por los españoles, se hacía más tensa e interesante en
los "velorios" donde el ron, la "canelita", el
"berro" o la "bruta de burra" encendían los ánimos al filo
de la medianoche.
Un teniente coronel en
situación de retiro, ya en la paz de su hogar sentía placer en contar las
historias que él había acumulado en su cansada mente. Además de las incidencias
en su larga carrera militar, el anciano sentía gran interés por una en
particular: la vez que encontró en el subterráneo del Fortín, un baúl
destartalado conteniendo uniformes y documentos pertenecientes al Capitán José
Solano.
En sus años juveniles,
recién egresado de la Escuela Militar, había prestado servicios en el Fortín
como Oficial de Planta en el Cuartelillo. Años más tarde regresó nuevamente
como Comandante de la Unidad acantonada en el Cerro de El Vigía. Allá,
expresaba con viva voz, encontré pedazos de la historia patria; emocionado
observaba los grupos familiares que le escuchaban respetuosos.
"Después de haber
caminado un gran trecho, alumbrado con dos potentes faroles, en compañía de un
Cabo Primero y dos soldados, sorpresivamente llegamos a una especie de
recámara, donde encima de una mesa reposaba un baúl antiguo con varias tablas
desprendidas. Al revisarlo contenía varios uniformes descoloridos por el
tiempo, una espada en cuyo mango estaba estampado un escudo de nobleza y más al
fondo unos documentos que certificaban su procedencia: pertenecían a José Solano,
ex-Capitán General de Venezuela en el siglo xvín".
Sí. . . trataba de aclarar
el anciano militar. Indudablemente eran cosas dejadas ahí por Solano.
Ignoraba el honorable
Comandante, que aquel personaje, jamás visitó las instalaciones del lugar que consagra
su nombre; menos la supuesta cueva creada por la fantasía del pueblo. En el
Fortín existe un depósito para almacenar aguas de lluvia, utilizado en la etapa
colonial. Hoy, sólo sirve para que la imaginación popular, ponga a circular
esas leyendas, por cierto de un simpático colorido en la truculencia histórica.
Tomado del Libro El Mirador de Solano/ Don Miguel Elías Dao.
Como es que se conserva el agua tan cristalina que hay o había en el pozo? y parece moverse. Ese enigma nunca lo olvidare, jaja, saludos.
ResponderEliminares correcto,aun permanece el agua
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