martes, 2 de febrero de 2016

CON ESO JUGABAMOS.


Han pasado muchos años, pero aún recuerdo los patines de hierro, que me trajeron a lo mejor el Niño Jesús o los Reyes Magos, eran tiempos de regalos muy seguido, que confundo las fechas. Era lo más nuevo que había para jugar, para trasladarse individualmente sobre rueda de un lado a otro, y de caerse rápidamente y dejar la epidermis en la acera de cemento. Mamá corría con el mertiolate, yo corría por otro lado, porque aquello, aunque medicinal ardía mucho. Eran otros tiempos, aún la tecnología no nos invadía completamente, aunque se iniciaba, se escuchaba el juego del Atari. No todos teníamos patines, había que compartirlo, y la espera entre un turno y otro era desesperante. Menos mal que los patines se graduaban al tamaño de cada pie y así todos lo usamos, 







Después un tiempo después, comenzamos a jugar con carritos de rolineras, eran fáciles de hacer, aunque llevaban sus técnicas, madera, rolineras que se buscaban en los talleres mecanicos cercanos, clavos, martillo, algun gran tornillo con tuerca y mecates; pero era algo que no se puede describir, la alegría de subir el carrito a una loma y lanzarse de allí, frenar con las chancletas, y cuando no había chancletas con un pedazo de caucho pegado al carrito. Eran tiempos de alegría, de compartir, jugabamos mucho en unión. Se dañaba algún carrito y habian sus tecnicos con clavos, martillos y algunas tuercas y tornillos, arreglaban y se seguía. Nosotros normalmente, como vivimos cerca de la entrada al Fortin Solano, juagabamos mucho en esa vía, que para entonces era poco transitada.











y JUGAR PELOTICA DE GOMA,  era el culmen del compartir, de la amistad, del juego y de la competencia. Todos en la calle, todos amigos, grandes y chicos, jugamos zurdito, con la zurda claro, una pelota de goma y a correr. Que tiempos. tan distantes. y hoy juegos que sólo te distancian de los demás. La tecnología nos ha separado. Pero nunca es tarde para un partido de pelotica de goma.


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