sábado, 5 de marzo de 2016

Anécdotas Y Leyendas - Los Calimbas




En San Esteban, en días pasados, no habían muros ni casas, todo parecía un sólo jardín. Hasta hoy no hay alcalde ni policía, ya que no había necesidad, porque prácticamente se desconocían hurtos o atracos.
Pero sí había y hay fantasmas. Cuentan las tías Capriles que se ha visto a menudo al afamado y notorio general Pérez Soto, montado sobre un caballo blanco.
Y hace no muchos años, sí penetró en la casa de las tías Rómer un prófugo de la justicia, quien, sin embargo, estaba tan asustado por la resoluta defensa de las señoras, que se entregó a ellas, fue atado y entregado a la autoridad.
Leyendas narradas por Julio Tirado.
 1)"En la casa de mi abuela pasó una vez con mi tío Francisco, llegando se acuesta a dormir y cierra la puerta del cuarto. Cuando él se encuentra a medianoche, ve una niña parada diciéndole: ¡Levántate, que una muchacha te está esperando en las rejas de la casa en la parte de afuera! El se sorprende, no le hace caso y sigue durmiendo. Le hace la segunda llamada: ¡Párate, que te están esperando allá afuera! Y entonces, la niña lo agarró y lo mordió y ahí cuando lo mordió él se sorprendió y le vio los ojos: no tenía ojos. Al ver que la niña no tenía ojos, se levanta, todavía medio dormido, cuando se da cuenta que la niña ya se había ido y se ve que él había cerrado la puerta con candado y la puerta se encontraba abierta. A esta niña, si él la hubiera seguido, posiblemente se lo hubiera llevado y algo le hubiera pasado. Por eso se dice que en San Esteban existen muchas leyendas!"
2)"Por el Camino de los Españoles se dice que sale un hombre hablándole al río diciéndote donde se encuentran las morocotas escondidas.
Una vez un viejo de la zona decide pasear por todo el camino hasta el Puente de los Españoles, con una botella de guarapita. El va bebiendo por todo este camino diciendo: El hombre que sale a la orilla del río ¡qué me diga donde están las morocotas! El se va bebiendo su guarapita tranquilamente: El hombre que sale a la orilla del río ¡qué me diga donde están las morocotas! Llega al Puente de los Españoles y se regresa. En su regreso va diciendo lo mismo: El hombre que sale a la orilla del río ¡qué me diga donde están las morocotas!
Ya viene medio "prendido". A medio kilómetro antes de llegar a la casa de Las Quigoas ve a un hombre atravesado en el camino, acostado. Pasa por un lado y el hombre se estira. Va a pasar por el otro lado y el hombre se estira del otro lado.
Entonces él prefiere regresar y agarrar impulso para saltar, cuando corre está tan "prendido" que tropieza y pisa al muerto y ¡se hizo en los pantalones! Salió corriendo hasta llegar a Las Quigoas". 3)"En el camino de lo que se conoce como la casa de los Morenos hasta la toma de agua, todo eso era de tierra, la gente vieja cuenta de que allí salía un hombre, un enano y decía: Tú me das 7 vueltas al camino y yo te digo donde están enterradas las morocotas. Entonces el enano se montaba y tú le dabas vueltas. Un día un viejo también lo hizo, se montó al enano y empezó desde los Morenos hasta la toma y desde la toma hasta los Morenos. Cuando va por el tercer viaje ve y el enano tiene las piernas más largas. Cuando va por el quinto viaje y voltea hacia atrás ve que las piernas están guindado, el enano estaba grande y el sombrero no le servía. El hombre empezó a gritar: ¡bájate, bájate!
Y desde luego, por ahí en lo más espeso de las montañas viven Los Calimbas o Gnomos de San Esteban. Como los describe Efraín Inaudy Bolívar en su libro del mismo nombre, Los Calimbas son hombrecitos muy diminutos, casi del tamaño de un dedo índice; de piel roja, con cara de niño, ojos grandes como de lechuza, cejas muy pobladas, barba teñida de azul y unas alas como la de los caballitos del diablo. Estos seres diminutos son los guardianes del bosque y de todos los animales y plantas que allí habitan, y castigan implacablemente a cualquiera que les cause daño.


Tomado del Libro San Esteban, Remembranzas, Sosiego y Reverdecer, propiedad intelectual de Hanns Dieter

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