lunes, 18 de julio de 2016

JJ FLORES/Anécdota/reflexión.



 Puerto Cabello, la ciudad natal de Juan José Flores

, erigió una vez la estatua de su hijo benemérito. La

 trajeron de Caracas y fue colocada frente al mar, en

 el malecón que recoge los atardeceres. Hubo 

entonces desfile militar, discurso de ocasión, honores

 y reconocimientos. La estatua permaneció por más de veinte años recordando a 

Flores. Pero era en realidad la representación del

 General José Tadeo Monagas. Los porteños la 

desmontaron y enviaron donde debía servir de

 homenaje al procer que representaba: Aragua de

 Barcelona. El fraude histórico fue así solucionado. . .

La anécdota lo que desea es señalar el

 desconocimiento que se tiene de un hombre nacido

 en la ribera del Mar Caribe, que llegó un día sobre la onda de la guerra construyendo patrias hasta la 

región ecuatorial del continente. Sin iconografía

 veraz, sin biografía confiable, sin agradecimiento de

 pueblos, Juan José Flores ha estado proscrito de su

 tierra natal, de su país de origen
.
El empeño por conocerlo ha sido menguado

. En Puerto Cabello se realizó un intento en vida del

 procer, publicándose en 1856, en la imprenta de

 Rafael Rojas, una breve biografía. Más de un siglo

 (1971) hubo que esperar para que Ángel Francisco

 Brice diera a la imprenta La Personalidad de Juan 

José Flores. Otros dos intentos, esta vez en obras de

 información general, fueron realizados por Ramón 

Azpúrua (Hombres Notables de Hispanoamérica') y

 Luis Alfredo Colomine (Venezuela y sus Proceres)

. En fecha reciente (1994) publicó una biografía del

 fundador del Ecuador, el Cnel. (Ej.) Serapio EL 

Romero Mendoza
.
En la República que fundara y a la que dedicó la

 mayor y mejor parte de su vida, el estudio de su

 persona tampoco ha sido exhaustivo. Es

 contemporánea del héroe la breve biografía escrita

 por el periodista Antonio José Irisarri. Otros autores

 (Pedro Fermín Ce-vallos, José Le Gohuir, Luis

 Robalino Dávila) dedicaron capítulos en sus

 publicaciones de historia patria. Son notables los

 aportes del Dr. Elias Laso y de Don Jacinto Jijón y

 Caamaño al conocimiento de la vida y obra del

 venezolano adoptado por el Ecuador. Los esfuerzos

 más meritorios, y por ello más completos, son los

 realizados por Jorge Salvador Lara, semblanza

 reeditada por la Academia Nacional de

 la Historia de Venezuela; y la biografía escrita por el

 bisnieto de Flores, Gustavo Vásconez Hurtado
.
Hasta la publicación bajo el patrocinio del "Centro de

 Estudios Históricos del Ejército Ecuatoriano", del

 libro que ahora en segunda edición prologamos.


Asdrubal Gonzalez/1995.







lunes, 11 de julio de 2016

SEBASTIAN DIAZ PEÑA./QUIEN FUÉ?




Sebastián Díaz Peña

Sebastián Díaz Peña (Puerto Cabello, 1844 - Maracay 1926)
es un director de orquesta, compositor y pianista, autor del
conocido joropo Marisela (1877)

Biografía
Nacido en Puerto Cabello. Profesor de La Academia
Nacional de Bellas Artes

Obra
Sebastián Díaz Peña contaba con fama de pianista
notabilísimo y a menudo actuaba acompañando alumnos o
conocidos.

Compuso muchas obras populares, especialmente valses.El
vals en Venezuela se considera una de las formas musicales
más importantes. Llegó al país después de la Guerra de
Independencia e introdujo el uso del piano en la cultura
antigua.Aparte del vals, destacan la canción romántica
venezolana, el "aguinaldo" y otros ritmos y aires nacionales
de raíz folclórica.
Otro vals muy conocido es El niño Santo Domingo, gran vals
de concierto. También es el creador del Himno del Estado de
Carabobo con letra de Santiago González Guiñan.

Su obra más conocida es el joropo Maricela, escrito en 1877.
Maricela se creó inspirado en la maricela tradicional del
joropo tuyero. Se describe como una obra que empieza con
aire de vals en sol mayor y sigue con arpa aragüeña. El
joropo arranca con unos bajos en staccato en la mano
izquierda sobre las notas arpeggiadas de la tónica y
dominante para pasar a superponer acordes y a
contratiempo que preparan la modulación a re mayor.

Sirvió de inspiración al también músico venezolano, Pedro
Elías Gutiérrez, para crear en 1914 la zarzuela Alma Llanera,
convirtiendo a ambos en puntos claves de la identidad
rítmica de toda una población.

martes, 5 de julio de 2016

Entérate que dice el ACTA que DECLARA LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA.



EL ACTA

En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las provincias Unidas de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman la Confederación Americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en Congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de Abril de 1810, es consecuencia de la jornada de Bayona y la ocupación del trono sin nuestro consentimiento, queremos, antes de usar de los derechos de que nos tuvo privados las fuerzas, por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden político de los acontecimientos humanos, patentizar al universo las razones que han emanado de estos mismos acontecimientos y autorizan el libre uso que vamos a hacer de nuestra soberanía.
No queremos, sin embargo, empezar alegando los derechos que tiene todo país conquistado, para recuperar su estado de propiedad e independencia; olvidamos generosamente la larga serie de males, agravios y privaciones que el derecho funesto de conquista ha causado indistintamente a todos los descendientes de los descubridores, conquistadores y pobladores de estos países, hechos de peor condición, por la misma razón que debía favorecerlos; y corriendo un velo sobre los trescientos años de dominación española en América, sólo presentaremos los hechos auténticos y notorios que han debido desprender y han desprendido de derecho a un mundo de otro, en el trastorno, desorden y conquista que tiene ya disuelta la nación española.
Este desorden ha aumentado los males de la América, inutilizándole los recursos y reclamaciones, y autorizando la impunidad de los gobernantes de España para insultar y oprimir esta parte de la nación, dejándola sin el amparo y garantía de las leyes.
Es contrario al orden, imposible al gobierno de España, y funesto a la América, el que, teniendo ésta un territorio infinitamente más extenso, y una población incomparablemente más numerosa, dependa y esté sujeta a un ángulo peninsular del continente europeo.
Las sesiones y abdicaciones de Bayona, las jornadas del Escorial y de Aranjuez, y las órdenes del lugarteniente Duque de Berg, a la América, debieron poner en uso de los derechos que hasta entonces habían sacrificado los americanos a la unidad e integridad de la nación española.
Venezuela, antes que nadie, reconoció y conservó generosamente esta integridad para no abandonar la causa de sus hermanos, mientras tuvo la menor apariencia de salvación.
América volvió a existir de nuevo, desde que pudo y debió tomar a cargo su suerte y conservación; como España pudo conocer, o no, los derechos de un Rey que había apreciado más su existencia que la dignidad de la nación que gobernaba.
Cuántos Borbones concurrieron a las inválidas estipulaciones de Bayona, abandonando el territorio español, contra la voluntad de los pueblos, faltaron, despreciaron y hollaron el deber sagrado que contrajeron con los españoles de ambos mundos, cuando, con su sangre y sus tesoros, los colocaron en el trono a despechos de la Casa de Austria; por esta conducta quedaron inhábiles e incapaces de gobernar a un pueblo libre, a quien entregaron como un rebaño de esclavos.
Los intrusos gobiernos que se abrogaron la representación nacional aprovecharon pérfidamente las disposiciones que la buena fe, la distancia, la opresión y la ignorancia daban a los americanos contra la nueva dinastía que se introdujo en España por la fuerza; y contra sus mismos principios, sostuvieron entre nosotros la ilusión a favor de Fernando, para devorarnos y vejarnos impunemente cuando más nos prometía la libertad, la igualdad y la fraternidad, en discursos pomposos y frases estudiadas, para encubrir el lazo de una representación amañada, inútil y degradante.
Luego que se disolvieron, sustituyeron y destruyeron entre sí las varias formas de gobierno de España, y que la ley imperiosa de la necesidad dictó a Venezuela el conservarse a sí misma para ventilar y conservar los derechos de su Rey y ofrecer un asilo a sus hermanos de Europa contra los males que les amenazaban, se desconoció toda su anterior conducta, se variaron los principios, y se llamó insurreción, perfidia e ingratitud, a lo mismo que sirvió de norma a los gobiernos de España, porque ya se les cerraba la puerta al monopolio de administración que querían perpetuar a nombre de un Rey imaginario.
A pesar de nuestras propuestas, de nuestra moderación, de nuestra generosidad, y de la inviolabilidad de nuestros principios, contra la voluntad de nuestros hermanos de Europa, se nos declara un estado de rebelión, se nos bloquea, se nos hostiliza, se nos envían agentes a amotinarnos unos contra otros, y se procura desacreditarnos entre las naciones de Europa implorando su auxilio para oprimirnos.
Sin hacer el menor aprecio de nuestras razones, sin presentarlas al imparcial juicio del mundo, y sin otros jueces que nuestros enemigos, se nos condena a una dolorosa incomunicación con nuestros hermanos; y para añadir el desprecio a la calumnia se nos nombra apoderados, contra nuestra expresa voluntad, para que en sus Cortes dispongan arbitrariamente de nuestros intereses bajo el influjo y la fuerza de nuestros enemigos.
Para sofocar y anonadar los efectos de nuestra representación, cuando se vieron obligados a concedérnosla, nos sometieron a una tarifa mezquina y diminuta y sujetaron a la voz pasiva de los ayuntamientos, degradados por el despotismo de los gobernadores, la forma de la elección; lo que era un insulto a nuestra sencillez y buena fe, más bien que una consideración a nuestra incontestable importancia política.
Sordos siempre a los gritos de nuestra justicia, han procurado los gobiernos de España desacreditar todos nuestros esfuerzos declarando criminales y sellando con la infamia, el cadalso y la confiscación, todas las tentativas que, en diversas épocas, han hechos algunos americanos para la felicidad de su país, como fue la que últimamente nos dictó la propia seguridad, para no ser envueltos en el desorden que presentíamos, y conducidos a la horrorosa suerte que vamos ya a apartar de nosotros para siempre; con esta atroz política, han logrado hacer a nuestros hermanos insensibles a nuestras desgracias, armarlos contra nosotros, borrar de ellos las dulces impresiones de la amistad y de la consanguinidad, y convertir en enemigos una parte de nuestra gran familia.
Cuando nosotros, fieles a nuestras promesas, sacrificábamos nuestra seguridad y dignidad civil por no abandonar los derechos que generosamente conservamos a Fernando de Borbón, hemos vistos que a las relaciones de las fuerzas que le ligaban con el Emperador de los franceses ha añadido los vínculos de sangre y amistad, por lo que hasta los gobiernos de España han declarado ya su resolución de no reconocerle sino condicionalmente.
En esta dolorosa alternativa hemos permanecido tres años en una indecisión y ambigüedad política, tan funesta y peligrosa, que ella sola bastaría a autorizar la resolución que la fe de nuestras promesas y de los vínculos de la fraternidad nos habían hecho diferir; hasta que la necesidad nos ha obligado a ir más allá de lo que nos propusimos, impelidos por la conducta hostil y desnaturalizada de los gobiernos de España, que nos ha relevado del juramento condicional con que hemos sido llamados a la augusta representación que ejercemos.
Mas nosotros, que nos gloriamos de fundar nuestro proceder en mejores principios, y que no queremos establecer nuestra felicidad sobre la desgracia de nuestros semejantes, miramos y declaramos como amigos nuestros, compañeros de nuestra suerte, y partícipes de nuestra felicidad, a los que, unidos con nosotros por los vínculos de la sangre, la lengua y la religión, han sufrido los mismos males en el anterior orden; siempre que, reconociendo nuestra absoluta independencia de él y de otra dominación extraña, nos ayuden a sostenerla con su vida, su fortuna y su opinión, declarándolos y reconociéndolos (como a todas las demás naciones) en guerra enemigos, y en paz amigos, hermanos y compatriotas.
En atención a todas estas sólidas, públicas e incontestables razones de política, que tanto persuaden la necesidad de recobrar la dignidad natural, que el orden de los sucesos nos han restituido, en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llenan los fines para que fueron instituidos los gobiernos, creemos que no podemos ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de España, y que, como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las potencias de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan y a que nos llama la sucesión de los acontecimientos humanos y nuestro propio bien y utilidad.
Sin embargo de que conocemos las dificultades que trae consigo y las obligaciones que nos impone el rango que vamos a ocupar en el orden político del mundo, y la influencia poderosa de las formas y actitudes a que hemos estado, a nuestro pesar, acostumbrados, también conocemos que la vergonzosa sumisión a ellas, cuando podemos sacudirlas, sería más ignominiosa para nosotros, y más funesta para nuestra posterioridad, que nuestra larga y penosa servidumbre, y que es ya de nuestro indispensable deber proveer a nuestra conservación, seguridad y felicidad, variando esencialmente todas las formas de nuestra anterior constitución.
Por tanto, creyendo con todas estas razones satisfecho el respeto que debemos tener a las opiniones del género humano y a la dignidad de las demás naciones, en cuyo número vamos entrar, y con cuya comunicación y amistad contamos, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Venezuela, poniendo por testigo al Ser Supremo de la justicia de nuestro proceder y de la rectitud de nuestras intenciones, imploramos sus divinos y celestiales auxilios, y ratificándole, en el momento en que nacemos a la dignidad, que su providencia nos restituye el deseo de vivir y morir libres, creyendo y defendiendo la santa, católica y apostólica religión de Jesucristo. Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y la autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España o de los que se dicen o dijeren sus apoderados o representantes, y que como tal Estado libre e independiente tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que sea conforme a la voluntad general de sus pueblos, declarar la guerra, hacer la paz, formar alianzas, arreglar tratados de comercio, límites y navegación, hacer y ejecutar todos los demás actos que hacen y ejecutan las naciones libres e independientes. Y para hacer válida, firme y subsistente unas provincias a otras, nuestras vidas, nuestras fortunas y el sagrado de nuestro honor nacional. Dada en el Palacio Federal y de Caracas, firmada de nuestra mano, sellada con el gran sello provisional de la Confederación, refrendada por el Secretario del Congreso, a cinco días del mes de julio del año de mil ochocientos once, el primero de nuestra independencia.
DECRETO DEL SUPREMO PODER EJECUTIVO

Palacio Federal de Caracas, 8 de julio de 1811. Por la Confederación de Venezuelael Poder Ejecutivo ordena que el Acta antecedente sea publicada, ejecutada y autorizada con el sello del Estado y Confederación.
Cristóbal de Mendoza, Presidente en turno; Juan de Escalona; Baltasar Padrón; Miguel José Sanz, Secretario de Estado; Carlos Machado, Canciller Mayor; José Tomás Santana, Secretario de Decretos.
(Texto publicado en la Gazeta de Caracas, Nº 41, del martes 16 de julio de 1811).



Por la provincia de CaracasIsidoro Antonio López Méndez, diputado de la ciudad de Caracas; Juan Germán Roscio, por el partido de la villa de Calabazo; Felipe Fermín Paul, por el partido de San Sebastián; Francisco Javier Ustáriz, por el partido de San Sebastián; Nicolás de Castro, diputado de Caracas; Juan Antonio Rodríguez Domínguez, Presidente, diputado de Nutrias, en BarinasLuis Ignacio Mendoza, Vicepresidente, diputado de Obispos, en Barinas; Fernando de Peñalver, diputado de ValenciaGabriel Pérez de Pagola, diputado de Ospino; Salvador Delgado, diputado de Nirgua; el Marqués del Toro, diputado de la ciudad de El TocuyoJuan Antonio Díaz Argote, diputado de la Villa de CuraGabriel de Ponte, diputado de Caracas; Juan José Maya, diputado de San FelipeLuis José de Cazorla, diputado de Valencia; doctor José Vicente Unda, diputado de GuanareFrancisco Javier Yanes, diputado de Araure; Fernando Rodríguez del Toro, diputado de Caracas; Martín Tovar Ponte, diputado de San Sebastián; Juan Toro, diputado de ValenciaJosé Ángel de Álamo, diputado de BarquisimetoFrancisco Hernández, diputado de San CarlosLino de Clemente, diputado de Caracas.
Por la provincia de CumanáFrancisco Javier de Mayz, diputado de la capital; José Gabriel de Alcalá, diputado de ídem; Juan Bermúdez, diputado del Sur; Mariano de la Cova, diputado del Norte.
Por la de BarcelonaFrancisco Miranda, diputado del Pao; Francisco Policarpo Ortiz, diputado de San Diego.
Por la de BarinasJuan Nepomuceno de Quintana, diputado de AchaguasIgnacio Fernández, diputado de la capital de Barinas; Ignacio Ramón Briceño, representante de Pedraza; José de Sata y Bussy, diputado de San Fernando de ApureJosé Luis Cabrera, diputado de GuanaritoRamón Ignacio Méndez, diputado de GuasdualitoManuel Palacio, diputado de Mijagual.
Por la de MéridaAntonio Nicolás Briceño, diputado de Mérida; Manuel Vicente de Maya, diputado de la Grita.
Por la villa de Aragua, provincia de Barcelona, José María Ramírez.
Refrendado: Hay un sello. Francisco Isnardi, Secretario.




domingo, 3 de julio de 2016

Gastronomía de Patanemo/Pargo Preñao


Daniela Kong - @danielakong - dankong@notitarde.com Fotos: Pedro Saturno - @pedrosaturno
Revista del Domingo

Más de 25 años exaltando la gastronomía

 del mar

Al llegar a Patanemo es inevitable dejar de escuchar sobre el famoso plato local Pargo preñao, creado por Natalio Mijares, dueño del reconocido restaurante Natalmar. Éste es solo uno de los inventos que ha logrado realizar tras su pasión, la comida, la que comparte junto a su esposa Marisol Quiroz desde hace más de 25 años.
Esta especialidad y exclusividad de la casa, forma parte del interés de Natalio por la cocina, lo que lo llevó a proponer nuevos platos de la zona, por lo que tomó los ingredientes de la localidad el pescado y los mariscos haciendo una fusión de sabores, creando así el Pargo preñao.   
Para muchos el gusto por la cocina viene de casa, lo que no fue el caso de Natalio, quien asegura que su mamá no es experta en esa área, aunque recuerda que su papá sabía hacer una rica sopa de agua de mar. Hasta los momentos no cuenta con estudios sobre gastronomía,pues lo que lo ha llevado a crear e inventar recetas o platos es su pasión por el buen comer.
Dirección: Restaurante y Posada Natalmar, Sector Los Canelles, Patanemo, Avenida principal.
Preparación: 
Se toma el pargo entero se corta, sala y fríe en una paila previamente precalentada. A parte en un caldero con margarina, ajo y perejil al gusto se sofríen todos los mariscos, calamares y camarones de su preferencia y se le agrega un toque de limón y vino blanco. Ya listo, se sirve el pescado y encima el otro potaje. 
Este plato puede acompañarse con funche aliñado o tostones, al que en Natalmar se le agrega un poco de ensalada rallada sin zanahoria, aliños verdes, un poco de tomate, cebolla y mayonesa junto un poco de queso blanco rallado y el toque de salsa rosada.

Revista del Domingo
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