domingo, 28 de febrero de 2016

CUANDO EL PUERTO SE HIZO CIUDAD,






Anécdota para el recuerdo



Se encontraban reunidos en la popular bodega "Española", Pedro César Picher, Raúl Baptista Echeverría, Luis Ramón Ramírez y Emilio Jelambi, saboreando un buen vino ofrecido por don Higinio, cuando hizo su entrada al establecimiento Eduardo Peterson quejándose de graves dolencias musculares.
—Negro. . .! le aconsejó Luis Ramón es conveniente que te examine cuidadosamente un buen médico. Todos observan la nerviosidad de Peterson, rechazando el apetitoso y aromático licor que le ofrecían. Tomando en su mano el vaso conteniendo el líquido, dijo a sus compañeros:
—Amigos. . .! el doctor Prince me acaba de examinar y me prohibió bebidas dulces porque tengo azúcar en la orina y en la sangre.
—Azúcar. . . ? negro faramallero, será papelón lo que tienes en la sangre gritó Jelambi mientras los demás reían a carcajadas.
En horas de la tarde el grupo de amigos se trasladó al Club El Recreo para jugar una partida de dominó en el patio frente a la bahía. Antes de comenzar el juego observaron bareos de la Marina de Guerra haciendo maniobras navales con algunos de sus pequeños cañones en posición de tiro.
Baptista Echeverría alertó al grupo sobre la imprudencia de sentarse en ese lugar inseguro, cuando las naves se desplazaban en el área. Luis Ramón Ramírez, de espalda al mar pidió referencias a Jelambi sobre la posición de las embarcaciones:
¿Hacia cuál dirección apuntan los cañones. . . ? Directamente a este sitio, replicó don Emilio.
Entonces. . .! compañeros, estamos seguros; esos bichos no tienen puntería y en caso de disparos las balas pasarán a cien metros de distancia. . .

En el pequeño bar del Club atendido por un gallego de apellido Rodríguez, se escuchaba la melodía de un potpurrí tocado por la Bulos Caracas Boys, mientras relucientes vasos casquillos reposaban en una mesita vecina con su carga de exquisito coñac procedente de una famosa destilería hispánica.


Tomado del Libro Papeles Viejos para Gente Nueva, propiedad intelectual de Miguel Elías Dao

El COJO ILUSTRADO /Tomas de Puerto cabello


Una selección de hermosas fotos de EL COJO ILUSTRADO, nos presenta un album del Sr LUIS ANIANO ESPINEL...las cuales compartimos con mucho orgullo, y poco a poco le colocaremos los nombres... muchas de estas fotos fueron tomadas por nuestro fotógrafo H.Avril...


El Cojo Ilustrado fue una revista quincenal venezolana que estuvo en publicación entre 1892 y 1915
Su nombre proviene de uno de los fundadores de la publicación, Manuel María Echezuría, quien era cojo y no daba mayor importancia a su defecto físico, lo usó para dar nombre a sus obras, entre ellas la mencionada revista. Bajo la dirección del escritor J.M. Herrera Irigoyen su primer número fue publicado el 1 de enero de 1892 y el último en fecha 1 de abril de 1915.
La revista fue una de las primeras que se instalaron en Venezuela con taller de fotograbado mecánico. Se ha dicho que el apodo de “Ilustrado” se refería a las magníficas y abundantes ilustraciones que adornaban la publicación.
El Cojo Ilustrado contaba con más de 3.000 suscriptores en Venezuela y otros países. Su abono mensual costaba 4 bolívares y el número suelto, 2 bolívares. Tenía un formato de 16 páginas a 3 columnas de 32 x 23 centímetros.
Su temario nunca fue contrario a ningún tipo de gobierno existente, manteniendo una línea fundamentalmente cultural. Poseía una sección biográfica y enciclopédica y resaltaba a través de sus fotografías la Venezuela del siglo XIX y comienzos del XX. En sus páginas se podían encontrar gran cantidad de fotograbados, fotografías, partituras musicales, manuscritos, poesías y publicidad al final de cada ejemplar.